El humano ha modificado muchos de sus comportamientos y formas de pensar a lo largo de su evolución como especie, entendiendo mejor su entorno y los seres vivos que lo rodean. Tal fue su acercamiento a los animales que hace miles de años se comenzó a practicar la domesticación de estos, desde aves y peces, hasta perros y gatos, siendo estos últimos los más antiguos de los que se tiene registro; se les puede apreciar en cientos de monumentos y registros históricos que los plasman, llegando a ser considerados incluso deidades en algunas culturas.
Estos felinos se adaptaron rápidamente al estilo de vida compartido con el humano, volviéndose uno de los animales de compañía preferidos por gran cantidad de personas alrededor del mundo, hasta el día de hoy podemos encontrarlos en los hogares recibiendo todo tipo de muestras de afecto por parte de sus dueños. Existen aproximadamente 71 razas de gato reconocidas, teniendo orígenes diversos y características únicas que las personas consideran como exóticas.
De entre todas hay una que goza de esa excentricidad, así como de popularidad en distintos países, nos referimos al gato esfinge o mejor conocido como gato egipcio, que destaca por su peculiar apariencia libre de pelaje que, a diferencia de otros felinos, lo hacen lucir musculoso y con una estructura más refinada. Estos gatos sin pelos poseen una piel con aspecto arrugado que puede ser de cualquier color, además pertenecen a un selecto grupo de razas que carecen de pelo, siendo estas muy pocas.
La historia de los gatos egipcios se remonta a Canadá en la década de los 60 cuando una gata doméstica tuvo un minino sin pelaje, que posteriormente cruzaron para comenzar la crianza de esta raza; casi no se tiene éxito ya que las crías tuvieron severos problemas de salud, pero en la década de los 70 surgieron otros ejemplares que permitieron continuar los esfuerzos hasta que poco después se reconoció a estos nuevos felinos sin pelo como gatos egipcios.
El mercado de mascotas ha visto una gran oportunidad de ganancias desde que esta raza se hizo presente, habiendo venta de gatos egipcios en gran parte del planeta. Conozcamos mejor a esta raza exótica de animales domésticos y el por qué de su particular aspecto.
¿Cómo son los gatos egipcios?
Hablando del aspecto de los gatos egipcios, estos destacan por tener ojos grandes con la forma de un limón y que están inclinados hacia sus orejas, una cabeza alargada, orejas grandes y abiertas con puntas redondeadas, además de su característica carencia de pelaje que en realidad no es del todo cierta ya que poseen una fina y corta capa de este en su piel.
Su fisonomía es mediana y con un cuerpo que distingue sus músculos gracias a su capa de piel, resaltan su estómago, ancho pecho y cuello largo que luce estilizado por la proporción que este tiene a comparación de su estructura general. Llegan a pesar entre 3.5 y 5 kilos e independientemente de lo que se puede pensar, sus cualidades no lo limitan a realizar actividades que cualquier otro gato es capaz de llevar a cabo.
La personalidad de los gatos egipcios es muy cariñosa y sociable, suelen relacionarse con otras mascotas y su comportamiento con los humanos es bastante amigable, llegando incluso a formar un lazo irrompible con su dueño. Como es habitual en los felinos, los gatos esfinge son muy juguetones y curiosos, por lo que pasar tiempo con él y su juguete favorito los hará muy felices y calmará su deseo de explorar todo lo que le rodea.
Los gatos egipcios requieren cuidados específicos consecuencia de su falta de pelo, comenzando por el hecho de que son muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura al igual que a los rayos del sol, de ahí que sean muy hogareños y prefieran los interiores. Otras recomendaciones para sus cuidados es que lo bañemos una vez a la semana como mínimo y que limpiemos cuidadosamente sus orejas, eso ayudará a que no sean tan vulnerables a la suciedad y otras partículas que puedan dañar su salud.
Por último, como todo gato es importante que posea sus vacunas correspondientes y que visite el veterinario regularmente, solo así lograremos que nuestro gato egipcio tenga una calidad de vida adecuada, llegando a vivir hasta 20 años con los debidos cuidados y atención.
¿Por qué los gatos egipcios no tienen pelo?
El origen de los gatos egipcios no se remonta a las lejanas tierras de Egipto como mucha gente cree, esta raza surge en Canadá gracias a la aparición de una mutación genética enteramente natural en un minino que nació a mitad del siglo XX, este gen recesivo lo hizo carente de pelo y, con la intervención del humano para cruzarlo, nacieron camadas con dicha genética reforzada eliminando cualquier defecto que comprometa su peculiar aspecto y finalmente se consolidó como una nueva raza.
Es posible encontrar tipos de gatos egipcios cuya capa de pelaje sea más notoria y gruesa, sin embargo, esta no suele exceder en cantidad o volumen, presentando pequeñas variantes entre sí como el color de su piel o el tamaño de su pelusa..
Si deseas adquirir un gato egipcio como mascota, obtendrás un compañero incondicional y que deseará jugar contigo en todo momento, no te arrepentirás de tener uno en casa.