Tipo de gatos siameses

El gato siamés es conocido por ser un animal de compañía con un carácter muy gentil, a pesar de que existen diferentes razas de gatos siameses, todos tienen en común que, de vez en cuando, son animales juguetones y muy amigables con los miembros de la familia, siendo mascotas que no ocasionan problemas de convivencia.

Los gatos siameses son un tipo de mascota que se puede encontrar en dos clases diferentes: siamés moderno y el llamado thai, este último es el más antiguo que existe dentro de su especie, por lo que los gatos siameses que proceden de esta estirpe añaden la característica a sus descendientes del color blanco.

En el caso de los gatos siameses de tipo moderno, a pesar de que también proceden del antiguo, su ADN tiene muy poco del thai, por lo tanto, no poseen la cara redonda ni el tono blancuzco en todo su cuerpo, mostrando un color marrón.

¿Cómo son los gatos siameses?

Los gatos siameses tienen entre sus características ser de carácter curioso, además de muy independientes, por lo que dentro de un hogar su presencia casi no se nota, solamente cuando buscan afecto por parte de sus dueños.

Sin embargo, cuando los gatos siameses son bebés, la curiosidad es un rasgo muy notorio, debido a que disfrutan investigar en todos los rincones de la casa cuando están creciendo, además de que su agilidad se va perfeccionando en los primeros meses a la par de su musculatura, que termina por desarrollarse pasando los 2 años.

Actualmente, existen colores variados en los gatos siameses a pesar de venir de dos tipos de razas en específico, la mezcla de estas mascotas es un diferenciador enorme en otras razas felinas.

El tono gris de los gatos siameses es probablemente el más común, en ocasiones este viene acompañado de un manto que puede oscilar del blanco crema al gris amarronado oscuro e ir oscureciendo hasta llegar al negro en zonas como la cara, las orejas, las patas y la cola.

Dentro del esquema de colores para los siameses, hay algunas tonalidades que no son consideradas como oficiales, pero suelen tener gran presencia en los concursos de belleza, como es el caso de América, donde se presumen gatos siameses de color chocolate point, lilac point y blue point.

No obstante, en otras partes del mundo los colores estipulados como oficiales de las razas genuinas son el marrón oscuro, chocolate point, marrón claro, gris oscuro, gris claro, naranja oscuro, naranja claro o canela, rayado, sólido o manchado.

Los ojos de esta raza son su característica más importante, ya que suelen tener un característico color azul que puede ir de tonalidades más claras hasta llegar a un azul profundo.

¿De dónde vienen los gatos siameses?

El origen de los gatos siameses es muy particular, pues se dice que proceden del antiguo reino de Siam, donde se le dio el apodo de “el gato real de Siam”, lugar que actualmente se conoce como Tailandia y en donde antes solo la realeza tenía el derecho y privilegio de gozar de su presencia.

Sin embargo, la historia de dónde proviene el gato siamés también se encuentra en leyendas que tienen relación con el Antiguo Egipto, una época que se caracteriza por haber ejercido el culto hacia estas mascotas.

Se dice que en ese tiempo, los gatos siameses eran adorados por ser una de las razas más antiguas, de acuerdo a las investigaciones que han realizado los expertos amantes de estos animales.

Como parte del misterio que los rodea, también se dice que tienen ciertos poderes, por ello en el pasado a esta raza se le daba la tarea de ser vigilantes, cuidando los tesoros de los príncipes y las princesas de ese periodo.

La introducción de esta especie a otras partes del mundo inició en Europa y se cree que sucedió alrededor de fines del siglo XIX, cuando la hermana del cónsul británico en Bangkok recibió una pareja de gatos siameses como regalo, por lo que se puede decir que su origen y llegada se le debe a Asia.

Después de conocer el origen y las características de los gatos siameses, es inevitable volverse un fanático de esta y otras razas de felinos que cuentan con un trasfondo más interesante de lo que se piensa.

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